sábado, agosto 05, 2006

arte corpus

Una publicación virtual sobre arte peruano estrena su segunda edición. Sin cortes de mi parte, esta entrevista reproduce la publicada en la red. Ver: www.artecorpus.org

Entrevista: Emilio Tarazona

“...siento una pulsión en el artista por experimentar sin prejuicio en su trabajo..”

Por: Raquél Castro Carbonel


Curador en jefe de la galería 80m2 arte&debates, la que actualmente presenta una muestra antológica del artista argentino Gustavo Romano, nombrada “Untitled déja vu”, en el marco de la décima edición del Festival de Video/Arte /Electrónica. En esta entrevista, Tarazona nos habla sobre los nuevos retos del arte y el papel del curador y el crítico dentro del medio.


El video arte y la tecnología son medios muy usados para las expresiones artísticas ¿Cómo ve el desarrollo del arte a través de este medio?
Lo que está aconteciendo ahora localmente es el Festival de video arte que se realiza todos los años desde 1997. Esto ha acentuado el interés por la producción de arte electrónico en los artistas jóvenes.
El Festival ha traído destacadas presencias, ahora mismo hay una muestra de Michael Snow en el Museo de Arte de Lima.
De este modo incentiva la obra de artistas electrónicos que, inicialmente chapoteando con el medio digital (programas de video y edición) han salido del proceso creativo amateur y desarrollan un trabajo profesional y de destreza.

¿Existe algún movimiento o corriente que esté destacando en el arte peruano y entre los nuevos artistas, quiénes son para ti los más relevantes?
Siento una pulsión en los artistas por experimentar sin prejuicio en su trabajo.
En los años ochenta parecía tenerse muy claro que estaban tomando elementos del arte internacional y se peruanizaba como una consigna el resultado, dando una vuelta de tuerca a la influencia euro-norteamericana con una versión local. El “sabor local” ha sido una regla para producir arte en el Perú y creo que ahora ya no necesariamente.
El intercambio y apropiación de obras en artistas peruanos es mucho más fluido y ya no parece primar el conflicto de “si lo que estoy haciendo es arte peruano o no”. El artista toma todo lo que le parece interesante sin necesidad de recurrir a símbolos locales gratuitos, fáciles o inmediatos.

¿Y los artistas jóvenes....?
Los nombres que yo te puedo dar se deben a la proximidad que he tenido con su trabajo. Nadie puede ser un sensor de todos los creadores contemporáneos, me faltaría tiempo y vida para conocer las obras o iniciativas de todos. Pero de lo que he visto y conozco pienso en el trabajo de Alice Wagner, Miguel Andrade, Carolina Rieckhoff…

Conversemos acerca de la crítica ¿Cuál debería ser el gran reto de todo crítico?
El reto es una meta más personal. Creo que ya no es tiempo de construir un único tronco teórico. La complejidad del arte contemporáneo elude la posibilidad de la afirmación de una teoría influyente, por demás peligrosa.
El reto del crítico estaría en la capacidad de reconstruir permanentemente sus propias ideas y no quedar nunca del todo satisfecho con ellas.

¿Y qué puede decir sobre la crítica destructiva?
El criterio de cualquier crítico de arte es como toda opinión: una cosa sesgada e individual por más a favor o en contra que esté de la obra de un artista.
La subjetividad es una cosa que hay que reconocer y no hay que sublimar apelando a las herramientas que uno tiene, la información, la autoridad que se ha ganado o la experiencia, por que aquellas, de las cuales uno se jacta, están jugando siempre a favor y en contra de la crítica que uno puede hacer.

Sabiendo que la curaduría es la actividad que organiza y ensambla una muestra ¿Cuál es la diferencia entre el curador y el crítico?
Hay muchas maneras de ver la curaduría. Hay actualmente varios artistas que han saltado a ella, con buenos alcances en varios casos. Lo que no hacen muchos curadores son trabajos de investigación.
El aglutinamiento libre de trabajos puede resultar, pero la investigación, que genera el tratamiento o enfoque del tema, es un plus que intenta colocar determinada perspectiva curatorial en un riel histórico y temático creativo para convertirla en un sismógrafo de lo que pueda pasar.

Todavía se tiende a pensar en la curaduría como escritura curatorial, se da más importancia a lo que se dice que a lo que se muestra. Esto no debería ser así, pero lo que se muestra, aun sin texto de presentación, debe revelar un proceso mental que un espectador instruido pueda sentir tan tangible como las obras.

¿Y la diferencia entre el curador y el crítico que publica en medios?
Para mí la curaduría es un crítica actuante, no solo tiene una opinión sobre las obras que exhibe, si no que las impulsa, las promueve y la inscribe en el espacio visual de la escena artística.
Cuando yo hago una crítica desde un medio de prensa, por ejemplo, no inscribo nada, opino sobre lo que ya está colocado.

¿Podría considerarse al curador como un artista conceptual?
Es un agente creativo conceptual, artista no. Aunque varios artistas conceptuales quizá tampoco se preguntan si “arte” sea la mejor palabra para describir lo que hacen.

El lenguaje que se usa en las exposiciones es casi siempre especializado; ¿la crítica está circunscrita a los conocedores?
No debería, es un problema de la densidad. A menudo uno es inexacto y sumamente vago cuando trata de ser coloquial. El problema, más que la terminología, es la construcción alambicada del lenguaje, que por lo general intenta ser más específico y en ese intento resbala, porque lo que hace es alejar al espectador común de la obra de arte y el comentario se queda solo, escrito para el entendimiento de algunos artistas, críticos y curadores. Un espacio sumamente estrecho.
Cuando pienso en ese asunto, pienso en el clásico método de Panofsky. La obra tiene una serie de niveles de accesibilidad y uno de los niveles mas básicos es la descripción, que cuando es correcta ayuda ha encontrar elementos que la gente no sabe ver.
Hace más de un año, en una muestra que realicé en la galería del ICPNA de San Miguel como una antología de la performance, titulada “Accionismo en el Perú (1965 - 2000)”, presenté fotografías y registros en video de acciones, y en las vistas fotográficas, me sentí obligado a hacer una descripción de lo que una sola imagen no podía capturar. Eludí en la mayoría de los casos una interpretación. Fue una función estrictamente didáctica, que sin embargo ahora me parece esencial para empezar a entender el tema con una densidad distinta.

¿Cree que más empresas privadas podrían apoyar al arte?
Ahora me parece más importante promover las investigaciones y las publicaciones. No ha habido eso debido a que es un público mucho menor el que se interesa por el intercambio de ideas en torno al arte.
Las iniciativas de publicaciones en los últimos veinte años que ahora recuerdo (revistas como “U-topicos”, “ Kantú”, “Motivos” o “ Arte Marcial”, por mencionar algunas) han sido efímeras. Y lo que es peor: han contado más con el soporte de sus gestores pero no de instituciones o empresas.
El interés de promover el arte se ha centrado en la creación plástica (concursos, becas, muestras). Esto parece estar creando una bruma en la cuál a un observador ajeno al tema, nunca le queda claro porqué es tan importante apoyar al arte.

¿Cuáles han sido sus trabajos más satisfactorios y que proyectos piensa realizar?
Le tengo mucho cariño a la muestra “Poéticas del polvo y la ceniza” (Centro Cultural de España, 2004), porque los artistas que incluí en ella tenían (y tienen hasta ahora) un trabajo notable y entonces bastante fresco. Pienso incluso que novísimo en varios casos, ya que para algunos de ellos ésa seria su primera exhibición. Otra sería la muestra antológica “Accionismo en el Perú” de la que te hable, que de alguna manera despintaba la equivocada idea de que la performance entre nosotros era una cosa reciente; la muestra antológica de Jorge Eielson el año pasado en el ICPNA, que de algún modo ultimaba un periodo de investigación iniciado el 2000 y que supone tanto el libro sobre Eielson que tuve la osadía de editar el 2004, así como la consolidación de una amistad que ha sido una experiencia por la que me envidiaría a mi mismo. Y la exposición de Juan Javier Salazar que es sin duda uno de los artistas que más admiro.
En la galería de arte 80m2 arte&debates –espacio dirigido por Antoinette Arevalo- proyectamos presentar la primera muestra individual de Roy Keitel, artista que ha pesar de tener un trabajo notable ha permanecido hasta el momento desvinculado de la escena, atento solo a la motivación que mantiene con su obra en su propio taller, así como otra de Jorge Miyagui, con cuadros recientes que hacen visible un aspecto personal como componente antes no denotado en su trabajo.
Además proyectamos un encuentro con críticos y artistas para hablar, a treinta años de la publicación del clásico libro de Mirko Lauer “Introducción a la pintura peruana del s.xx ”, sobre los aportes, aciertos y desaciertos de este importante e influyente libro. Las actas de ese encuentro serán editadas.