sábado, julio 22, 2006

Una dudosa sonrisa cordial...

Empiezo a creer en mi enorme capacidad para generar antipatías. Infundadas o no, algunas de las personas que las llevan muy, muy adentro, no han desarrollado aún esa capacidad para no hacerlas notar y quizá eso tampoco está (no tiene porqué) en sus intensiones. La mayoría de las veces, presumo que ellas no responden a circunstancias concretas sino a estereotipos o cuadros más bien inconscientes que construyen ciertas personas vinculadas a las capas más públicas y visibles del roce social, el entuerto y los lobbys que envuelven el mundo del arte. Cuadros en los cuales evidentemente no encajo, y con los cuales tengo poco interés en encajar, dicho sea de paso.