Durante el camino y en los primeros días de mi llegada a Santiago, donde estoy desde el pasado sábado a las 2 am- he hecho un rápido seguimiento -que me ha instalado un hardware distinto al del no-objetualismo peruano de los Sesenta- de la polémica despertada en torno a la locación escogida del Huascar (dentro del Chile-Poesía) para un recital que se realizará allí en fecha cercana a la clausura del evento (que tiene en esta edición al Perú como país invitado especial).
Ese rumoroso intercambio de opiniones -que incluye artículos, entrevistas, así como agresivos correos electrónicos masivos- ha resultado más fuerte que el asordinado cause del Mapocho -que cruza justo delante del Hotel Parlamento, en donde nos encontramos casi todos alojados-.
Lo cierto es que tanto los poetas peruanos asistentes (en el Perú) como los poetas chilenos participantes (en Chile), han visto mermar su simpatía -ya de parte de colegas como de algunas autoridades- por el mismo acontecimiento, lo cual no deja de ser significativo. El asunto del Huascar es sin duda una tentación, pero no hay en ella la intensión de tocar un punto neurálgico o una herida para abrila sino para contribuir a la tarea de cerrarla.
El Huascar no es un mito, sino un barco -me lo ha hecho notar Antonio Cisneros- y como tal, luego de hundir a La Esmeralda de tres espolones en el Combate naval de Iquique y de ser el lugar de inmolación del Insigne Almirante Grau en Angamos, también fue un botín de guerra y barco chileno que bombardeó el Perú (por mucho más tiempo -años- comparado a los pocos meses que le sirvió de defensa).
Yo solo percibo -mientras que los poetas intercambián abrazos, largas conversaciones en las sobremesas y libros dedicados como originales tarjetas de presentación- que Chile se parece demasiado al Perú y comparten también la sombra de una historia reciente de violencia (aquí se encuentran poetas en su momento asediados por la dictadura como Raúl Zurita y Ludwig Zeller para hacerlo notar).
Me parece un buen signo que mi país sea aquí el invitado de honor y, en algunas semanas, se realizará también en Santiago un encuentro de peruanistas. "Cruzar fronteras es más valioso que establecerlas" es el elocuente lema de esta edición del Chile-Poesía 2007 y me parece importante e imprescindible dedicar más tiempo a pensar y construir el futuro que revolvernos en el pasado. Los peruanos y chilenos deberíamos hacer lo posible por construirlo como quisiéramos.
viernes, marzo 23, 2007
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