Ayer en la sección Luces del diario El Comercio, apareció esta nota de Enrique Planas sobre las Salas de la Municipalidad de Miraflores. La inauguración de la exposición: Judith Westphalen. En las lineas de su tiempo (1944-1976), curada por Armando Williams -con la asistencia en investigación de Sharon Lerner- es este jueves 28. Un trabajo de registro y catalogación minucioso que se lucirá en público al mismo tiempo que las remosadas y extendidas salas con que ahora cuenta la gestión de Gerencia de Cultura de la Municipalidad. La muestra será además un significativo eslabón entre la dirección y el equipo anterior -liderado por Luis Lama- y el actual, conformado por Rodrigo Quijano, Miguel López, Sharon Lerner, Ruben Ramos, Rafaél Bellido, además de quien escribe estas lineas. Asistan este jueves y estén atentos a otras noticias así como a las propuestas que se desplegarán en adelante. Aquí el artículo de Planas:
EN MIRAFLORES. Renovado circuito de arte
Las galerías ya están listas
Las 16.000 personas que cada mes visitan la sala Miró Quesada Garland en Miraflores encontrarán evidentes cambios. Muestra de Judith Westphalen inicia nueva etapa
Por Enrique Planas
Después de cambios y recambios, renuncias y nuevas contrataciones, parece que por fin las galerías de arte del distrito de Miraflores ofrecerán un nuevo rostro. Las salas están terminadas y la última fecha fijada para su inauguración es impostergable: el 28 de junio.
El encargo para dirigir las galerías miraflorinas ha recaído ahora en un respetado curador y crítico de arte: Rodrigo Quijano, como lo había anunciado recientemente la Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Miraflores a través de un comunicado.
El nuevo director de la oficina de Artes Plásticas de las galerías Luis Miró Quesada Garland y Raúl Porras Barrenechea ha formado un joven equipo de trabajo integrado por Emilio Tarazona, Sharon Lerner, Miguel López López, Rubén Ramos y Rafael Bellido, con el que --según Quijano-- más que presentarse como un director, mantendrá una forma de trabajo horizontal, sin jerarquías.
En ese sentido, esta nueva gestión ha decidido mantener dos de las ambiciosas exposiciones que ya habían sido preparadas por la anterior gestión dirigida por el crítico Luis Lama, dedicadas a Judith Westphalen y Reynaldo Luza, y prometen darle un espacio a la escena emergente del arte contemporáneo local.
"Las galerías de Miraflores tienen un público enorme que varía entre las 8 y 16 mil personas por mes en la galería Miró Quesada Garland. Ante semejante cantidad de público, buscamos inyectarle un dinamismo que se había venido perdiendo. Creemos que se puede establecer un equilibrio tratando de hacer menos solemne la apreciación artística, evitando ese distanciamiento entre una obra de arte y la mirada del público masivo, que no siempre es especializado. La idea es que este participe de la manera más abierta posible", explica Quijano.
Si bien es cierto es la primera vez que tanto Quijano como su equipo se enfrentan al reto de administrar un circuito de galerías, sí habían trabajado en distintos proyectos municipales en una anterior gestión, a cargo del crítico Jorge Villacorta, siete años atrás. Si bien se trata de una responsabilidad nueva, el trabajo es harto conocido para ellos.
"Lo que más nos estimula es la plataforma del equipo reunido. Todos somos curadores con experiencia para plantear iniciativas frescas en el espacio artístico", señala Emilio Tarazona, uno de los miembros del equipo de la flamante oficina de Artes Plásticas.
Por lo pronto, ya están listas para abrir sus puertas dos galerías remodeladas, radicalmente más amplias. "Ambas difieren mucho en carácter, en diseño y en el uso de paredes. Los espacios son absolutamente diferentes", advierte Quijano, para quien la galería Luis Miró Quesada Garland, más tradicional y homogénea, se adapta a las muestras más limpias y convencionales, mientras que la sala Raúl Porras Barrenechea, más recortada y caprichosa con sus columnas y agujeros, se adapta mejor a propuestas documentales.
LAS NOVEDADES
-Situada en el Palacio Municipal, esquina de Larco con Diez Canseco, la galería Luis Miró Quesada Garland cuenta ahora con un área de 190 metros cuadrados, con siete paneles movibles que se pueden ubicar según el guion museográfico. Posee un depósito, oficina y servicios higiénicos.
-La sala de exposiciones Raúl Porras Barrenechea (Larco 770), en el sótano del Centro Cultural Ricardo Palma, ha quintuplicado su anterior tamaño y ha crecido a un área de 246 metros cuadrados.
-Asimismo, para una mejor presentación de las muestras, las galerías cuentan con un televisor plasma de 50 pulgadas, dos reproductores de DVD, un proyector multimedia de 3.200 lúmenes, además de otros materiales museográficos.
-El 28 de junio ambas salas se abrirán al público con una muestra dedicada a Judith Westphalen, con obra plástica, fotografías y documentos.
lunes, junio 25, 2007
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1 comentario:
felicidades, no había leido la nota.
entonces preparare mi artilleria pesada (de proyectos) para el joven (y experimentado) equipo.
nos vemos el jueves.
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